Extraído del libro "La Moral del Cuento" de Laura Vagliasindi. El cuento es de Marie Noel.
LA OBRA DEL SEXTO DÍA (PERO EL HOMBRE NO LO SABE)
Apenas fue creado, el Perro lamió la mano del Buen Dios, y el Buen Dios le acarició la cabeza.
"¿Que quieres Perro?"
"Señor Buen Dios, quisiera alojarme en tu casa, en el cielo, frente a tu puerta".
"No faltaba más!", dijo el Buen Dios.
"no necesito de perro, ya que todavía no he creado a los ladrones".
"¿Cuándo los crearás Señor?".
"Jamás. Estoy cansado. Hace ya cinco días que trabajo, es hora que descanse.
He aquí la obra, tú, Perro, mi mejor criatura, mi obra de arte. Es mejor pararme aquí. No está bien que un artista se esfuerce más allá de su inspiración. Se persistiese en crear, sería capaz de fracasar. ¡Vete Perro!, Vete enseguida a poblar la tierra. Vete y sé feliz".
El perro dió un profundos suspiro:
"¿Qué haré sobre la tierra, Señor?".
"Mira, comerás, beberás, dormirás, crecerás y te multiplicarás".
El perro suspiró más tristemente aún.
"¿Que más quieres?".
"¡A tí Señor, mi patrón!, ¿No podrías establecerte también tú sobre la tierra?".
"No", dijo el Buen Dios, "No perro!, te aseguro. No puedo absolutamente instalarme sobre la tierra para hacerte compañía. Otros asuntos me tienen ocupado. Este cielo, éstos ángeles, éstas estrellas, te aseguro, me dan mucho que hacer".
El perro bajó la cabeza e hizo ademán para irse, pero después se devolvió:
"Si solamente, Señor Buen Dios, hubiese allá abajo una especie de patrón de tu clase..."
"No", dijo el Buen Dios, "no lo hay".
El Perro se hizo pequeño, pequeño, humilde, humilde y suplicó todavía más de cerca: "Si tù quieres, Señor Buen Dios... Podrías siempre probar...".
"Imposible", replicó el Buen Dios.
"He hecho lo que he hecho. Mi obra está cumplida. Jamás podré crear un ser mejor que tú. Si hoy crease otro, lo siento en mi mano derecha, me saldría mal...".
"Oh Señor Buen Dios", suplicó el perro, "no importa que salga mal, con tal de que yo pueda seguirlo donde quiera que vaya y echarme a sus pies cuanso se pare".
Entonces el Buen Dios se llenó de maravilla por haber creado una criatura tan buena y dijo a perro:
"¡Vete! y que se haga según tu deseo".
Y entrando en su laboratorio, creó al Hombre.
Pero el hombre no sabe ésto...
LA OBRA DEL SEXTO DÍA (PERO EL HOMBRE NO LO SABE)
Apenas fue creado, el Perro lamió la mano del Buen Dios, y el Buen Dios le acarició la cabeza.
"¿Que quieres Perro?"
"Señor Buen Dios, quisiera alojarme en tu casa, en el cielo, frente a tu puerta".
"No faltaba más!", dijo el Buen Dios.
"no necesito de perro, ya que todavía no he creado a los ladrones".
"¿Cuándo los crearás Señor?".
"Jamás. Estoy cansado. Hace ya cinco días que trabajo, es hora que descanse.
He aquí la obra, tú, Perro, mi mejor criatura, mi obra de arte. Es mejor pararme aquí. No está bien que un artista se esfuerce más allá de su inspiración. Se persistiese en crear, sería capaz de fracasar. ¡Vete Perro!, Vete enseguida a poblar la tierra. Vete y sé feliz".
El perro dió un profundos suspiro:
"¿Qué haré sobre la tierra, Señor?".
"Mira, comerás, beberás, dormirás, crecerás y te multiplicarás".
El perro suspiró más tristemente aún.
"¿Que más quieres?".
"¡A tí Señor, mi patrón!, ¿No podrías establecerte también tú sobre la tierra?".
"No", dijo el Buen Dios, "No perro!, te aseguro. No puedo absolutamente instalarme sobre la tierra para hacerte compañía. Otros asuntos me tienen ocupado. Este cielo, éstos ángeles, éstas estrellas, te aseguro, me dan mucho que hacer".
El perro bajó la cabeza e hizo ademán para irse, pero después se devolvió:
"Si solamente, Señor Buen Dios, hubiese allá abajo una especie de patrón de tu clase..."
"No", dijo el Buen Dios, "no lo hay".
El Perro se hizo pequeño, pequeño, humilde, humilde y suplicó todavía más de cerca: "Si tù quieres, Señor Buen Dios... Podrías siempre probar...".
"Imposible", replicó el Buen Dios.
"He hecho lo que he hecho. Mi obra está cumplida. Jamás podré crear un ser mejor que tú. Si hoy crease otro, lo siento en mi mano derecha, me saldría mal...".
"Oh Señor Buen Dios", suplicó el perro, "no importa que salga mal, con tal de que yo pueda seguirlo donde quiera que vaya y echarme a sus pies cuanso se pare".
Entonces el Buen Dios se llenó de maravilla por haber creado una criatura tan buena y dijo a perro:
"¡Vete! y que se haga según tu deseo".
Y entrando en su laboratorio, creó al Hombre.
Pero el hombre no sabe ésto...
2 comentarios:
Un cuento que ennoblece al perro, nuestro amigo incondicional. recordemos que Diógenes expresó: "...mientras más conozco a la gente, más quiero a mi perro"
Gracias por poner este cuento en la red, lo andaba buscando. ( En alguna parte dejé mi micro libro de La Moral del Cuento )
Gracia Pili por poner este cuento tan ennoblecedor. Lo andaba buscando (perdí mi micro libro La Moral del Cuento)
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