viernes, 18 de abril de 2008

Sin Nombre


José corría por la playa, su mano apretaba con fuerza el hilo. Era la primera vez que lograba mantenerlo bien arriba. La brisa limpiaba el cielo y lo ayudaba a disfrutar de los colores vivos de su cometa en el cielo gris de mayo.

Los pies de José sentían la arena húmeda en cada paso. No sabía si era el viento, o el cometa lo que lo tiraba de esa forma; era como si ese pedazo de papel de colores sujeto con unas varillas de madera, quisiera volar, sin ayuda de su dueño.

No sabía cuanto rato había pasado desde que llegó a la playa. Alguien gritó su nombre. José giró y tropezó con la arena…sin querer soltó el hilo, corrió para volver a tomarlo, pero fue inútil. El viento ya había hecho su parte, fue un buen cómplice que permitió al cometa lograr la libertad y emigrar hacia un cielo más azul.


(Este es el primer cuento que escribí cuando entré a un taller. No es una gran cosa, pero es lo con lo que me inicié, lo dejó acá con mucha humildad. Ha sido difícil superar la verguenza por publicar en este blog un cuento. La primera vez que mostré alguno a un conocido, la crítica fue tan dura que por mucho tiempo no escribí. Adoro el género de los cuentos y he decidido retomarlo, al menos a mí me hace feliz. Cariños para quienes me leen. Pililú)

1 comentario:

Anónimo dijo...

wow... no sabia que escribias!
que lindo! felicidades :D

te mando un beso