lunes, 14 de abril de 2008

Y cómo caí

Asumo que mi niñez fue muy larga. Básicamente sin ganas de cumplir más años, y queriendo ser una niña eternamente. En eso me encontraba cuando llegó mi hora de entrar a la universidad. El cambio fue muy brusco. Trajo miles de cosas nuevas por conocer, y una expansión de mi mundo. Ahí los conocí. Profundamente. Por que en mi burbuja rosada de muñecas, había oído de ellos, hasta había tarareado alguna de sus canciones.
De la mano de mi primer amor (del que ya nada queda), conocí toda su discografía, su historia, su forma de escribir las canciones que me elevaron a las estrellas. Fueron parte de ese proceso de enamoramiento. Pero pensandolo bien. No estaba enamorada de mi primer amor, sino de Gustavo. Mi ex me escribía cartas con las letras casi inentendibles y tremendamente subjetivas de Gustavo. Lo utilizaba descaradamente para seducirme. Y lo logró. Me enamoré perdidamente de Gustavo. Desde ahí lo sigo, en grupo, o solo. No importa. tengo la suerte de decir que tuve la oportunidad de mirarlo a los ojos y que él me mirara, quizás como a una fanática más que sin soltar la reja frente al esenario, le cantaba sólo a él.

2 comentarios:

 kotto dijo...

me gustan tambien pero asi como fanático ni tanto...

cariños

Viajera dijo...

Parece que las dos estuvimos enamoradas del mismo Gustavo :-)