lunes, 4 de enero de 2010

A mi salud!

Y partió el 2010... Y yo... cansada y con jaqueca. Y sin haber bailado, ni tomado más de la cuenta. Les contaré mi noche del viejo año...
Partí muy entusiasmada, ya que habían en el horizonte señales de que podría celebrar el nuevo año como Dios manda y por fin, después de cuatro años sin hacer nada, bailar hasta el día siguiente.
Para tan importante evento (salir por fin a bailar), me compré un vestido y aros nuevos.
Contacté a un amigo, a una amiga y todo iba bien. Iba.
En la tarde por mensaje, me enteré que la amiga de fiesta, había decidido bajarse del panorama, lo que me dejaba como única alternativa al amigo quien iría a Valparaíso...
En fin, la cena de año viejo estuvo bien... venía la ida a la costa para ver los fuegos artificiales... pero mis sobrinos se durmieron y no podíamos dejarlos solos en casa... las 12 en punto, abrazos, salud y se cortó la luz por 45 minutos... ¿Qué pasó? Ni idea... Ya a esa hora colapsan los teléfonos y no hay posibilidad de contactarse con nadie...ni con el amigo que estaría en Valparaíso.
Hora y media más tarde estaba en mi casa, con una copa de champaña, escuchando música yo y mi vestido nuevo. Hace tiempo que no me sentía tan sola...
Me fui a acostar pensando en que para el 31 no diciembre de 2010 no haría ningún maldito plan...

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