
El día partió mal. Muy mal. Ya los cumpleaños no son lo mismo, ya no es el mismo aire, ni las mismas expectativas. Yo tampoco soy la misma. Y por eso mismo, no me importó que el día hubiese partido mal, soy positiva, y salí de lo malo, y ahora estoy escribiendo con una copa en la mano celebrando mi día. Y feliz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario